los que me conocen saben que soy un persona inquieta, curiosa y tenaz. Siempre estoy preguntándome cómo se hará tal o cual cosa y, si lo veo accesible, me lanzo a ello. Lo que más me gusta de la arcilla polimérica es su versatilidad. Ya lo he dicho muchas veces, pero es que es cierto. Parece que tienes una técnica controlada y asimilada... cuando se te ocurre otra vuelta de tuerca. La arcilla lo soporta todo, o casi todo. Pinturas, lijados, deformaciones, agujeros, vuelta a pintar, otra mano de lija... se puede imitar casi cualquier material, desde telas o cuero hasta piedras preciosas y semipreciosas.
Aquí os dejo una variación sobre las cuentas rotadas,
Como veis, una está puesta en un pastillero (donde llevo un minicepillo de dientes) y son ya tres meses los que va soportando el trajín del bolso sin romperse. Creo que ha superado la prueba y lo podemos dar por válido.
Las otras dos piezas son imitación de dicroico, pero hice láminas separadas por colores que luego corté para hacer un log cabin. Para las que no estén familiarizadas con el patch es una forma de colocar los trocitos de tela que va haciendo una especie de espiral con tiras rectas, esto hace que la forma final sea un cuadrado. Este no es un log cabin estricto, pero el espíritu si... más que nada porque las tiras daban para lo que daban.
Luego estaba la duda de la forma final...porque muy bonito el logcabin, pero no me apetecía nada llevar un broche/colgante con forma de cuadrado. Finalmente ganó el cortador de nube y el resto, lo he montado en forma de collage.
me gustaba la trasera totalmente negra y mate. Y esta vez no he escondido el broche, quiero ver cuánto aguanta pegado con pegamento.
Corté de forma desigual y fui montando según me parecía. El resultado final, es un colgante muy original en el que estrené mi nuevo rotulador Krilón para los bordes y luego sellado con Kato líquido.
Un saludo.
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